Buscamos una buena recta en el pueblo y vemos pasar a los ciclistas. Primero el grupo de escapados con Armstrong en cola, después el pelotón con Contador, más tarde otro pelotón y por último el de los esprinters. Es un visto y no visto, pero al menos he reconocido a Contador... y se nos cae la baba viendo los coches de los equipos cargados de bicis. En cuanto abren la carretera nos ponemos rumbo al Tourmalet no sin antes dudar que hacemos. Que si al Tourmalet, que si a Hautacam, que si a Cauterets... y es que estamos en el epicentro de la alta montaña de los Pirineos. Mejor comemos un bocata y nos vamos para el Tourmalet. Que bien me sentó ese bocadillo a la francesa: pan seco, mantequilla, queso y jamón dulce. Una coca-cola y un té acabaron de poner el toque de cafeina necesario para levantar el ánimo ya que son más de las tres de la tarde.
Empezamos a subir acompañados de una finísima lluvia. Salimos de la población y poco a poco vamos viendo caravanas aparcadas a ambos lados de la carretara. En estos primeros quilómetros la vegetación nos acompaña y nuestra única misión es ir de quilómetro en quilómetro. No vale la pena mirar más allá. Cada quilómetro de la subida está acompañado de una señal donde pone el nombre del puerto, los quilómetros que quedan a meta y la pendiente media del siguiente quilómetro. Pasamos la población de Bareges donde empiezan las primeras rampas superiores al 8%. Hay un ambiente increible y la gente se amontona a las televisiones de los bares o las autocarabanas viendo el final de la etapa. Un poco más adelante nos encotramos que el desvio de la carretera antigua está cortada. Nos comentan que no se puede pasar ni siquiera en bici. El mundo se me viene encima. Hemos llegado hasta aquí para no poder subir al Tourmalet. Por suerte Juanmi nos hacer seguir hacia delante por el otro desvio el que lleva al parquing de la estación de esquí y 300 metros más adelante nos metemos en la carretera cortada. Tengo mis dudas, pero no hay ningún gendarme que nos impida el paso. Tan solo unas vallas. Si nos preguntan diremos que no sabiamos nada. Seguimos subiendo, vamos Juanmi y yo solos, Isma está un poco más atrás. Hace un esfuerzo extra para conectar y unos quilómetros más adelante se vuelve a descolgar. Vamos a enlazar con la carretera nueva que viene del parquing. Vuelve a estar repleto de gendarmes y todo esta lleno de caravanas y de gente. Aunque hace rato que se divisa la cima aún quedan 6 o 7 quilómetros, los más duros. Seguimos avanzando y le comento a Juanmi que voy muy bien. La verdad es que hasta este punto he hecho toda la subida guardandome la última corona, pero ya es momento de meter todo el hierro. Un enorme rebaño de ovejas corta la carretera. Ponemos pie a tierra. Me va de narices ya que estaba empezando a pasarlo mal y mi hermano Juanmi empezaba a poner un punto de más. Quedan unos 4 kmts y la carretera se va hacia la izquierda de la montaña y empieza una sucesión de curvas finales que nos llevará a meta. Aguanto como puedo a Juanmi, empiezo a tener la sensación que de un momento a otro me descolgaré. Al ponerme de pie tengo algún amago de rampas. Quedan dos quilómetros y al entrar en el último el cartel anuncia que las rampas son del 10%. Voy algo tocado pero ya estamos arriba. Juanmi me anima y le digo que solo pienso en mi hijo Xavier. Tengo una deuda pendiente con el Tourmalet, tenía que cumplir una promesa relacionada con mi hijo y estaba apunto de hacerlo. De repente empiezo a llorar, no puedo controlar. Último giro a la izquierda y un muro por encima del 10 por ciento. Esa misma rampa donde Contador dos días más tarde no quiso disputar la etapa a Schleck. Juanmi se queda detrás mío. Me deja vivir en solitario estos últimos metros. Me pongo de pie y sigo llorando. La emoción, la adrenalina me ha dado un punto de más, estoy a punto de llegar arriba. Me giro y espero a mi hermano que viene justo detrás de mí. Le doy la mano y entramos juntos. Dejo la bici y me voy al parquing que está al otro lado por la subida que viene de la Mongie. Estoy cinco o dies minutos solo. Me relajo, me deshago. La promesa está hecha... va por ti Xavier!!! Vuelvo con Juanmi e Isma y saboreamos nuestra hazaña. Sesión de fotos y más fotos. El sol luce. Esto es el paraiso... pero no podemos tardar mucho en bajar. Nos quedan 50 kmts hasta Loudes y son las 6 de la tarde. La bajada no tiene desperdicio. Los quilométros finales hasta Lourdes con viento de cara sobraban...