¡Cómo pueden llegar a cambiar las cosas en cuestión de segundos! Sin ir más lejos ayer por la tarde me dispuse a realizar el penúltimo entreno antes de la maratón. Tenía programado un rodaje suave de una hora. Subiendo la Riera de St Miquel las sensaciones fueron buenísimas. Me imaginaba la llegada de la carrera e incluso me emocionaba. Tenía claro la ropa que llevar: zaptillas nike Vomero, calcetines finos y cortos nike, perneras compessport, mallas cortas, camiseta de manga corta y los mangitos specialized. Una duda menos. De repente, en el trayecto de vuelta por el camino del Molinot, empecé a notar molestias en el gemelo izquierdo. Molestias que cada vez iban a más. No podía ser... dos meses entrenando fuerte y justo a cinco días vista de la maratón volvían los fantasmas del pasao. Intenté no hacerle caso y seguir corriendo pero las molestias no cesaban. Incluso algunas veces eran pinchazos. Pensaba que era broma... no quería parar de correr. Entoces pensé que quizás la causa podría ser las perneras que las había llevado puestas desde mucho antes de empezar a entrenar. Seguí corriendo y de vez en cuando iba parando para aflojarme las perneras o cambiarlas de posición... incluso al final opté por quitarmela. Completé el entreno, pero los mecanismos de alarma ya habían empezado a funcionar. No lo voy a negar, me vine abajo. Hablé con Toni, mi fisio, por teléfeno. Me dijo que había que esperar 24 horas para ver el alcance de las molestiasy quedamos en llamarnos hoy por la tarde. En esos momentos maldecía el día que me apunté a la maratón y el día que volví a correr. Sonia me intentaba animar y hacerme ver que todo no estaba perdido. Intenté abstraerme de todo y una vez cumplidas las obligaciones familiares me acosté con la sensación de derrota, de abatimiento...
Hoy al levantarme he constatado que las molestias han ido a menos. Puedo caminar bien y subir escaleras con normalidad. Noto cierta molestia en la zona. Por otra banda, tengo claro que no tengo lesión importante ya que ayer no forcé para nada. No he podido aguantar hasta la tarde y le he mandado un mensaje al fisio. Hemos quedado hoy a las 20.00 para que le de un vistazo al gemelo. Ya os contaré...
Siento en mi interior que sí que estaré en la salida, al no ser que la cosa vaya a más. Pero no tengo claro si acabaré. No me preocupa el dolor, estoy acostumbrado a ello. Me preocupa más el no poder correr. El quedarme tirado y tener que parar en el km. 10 o incluso antes. No nos engañemos, si uno no acaba, está claro que no pasa nada. Pero en lo más profundo de todos nosotros (y digo todos...) se queda una espinita clavada.
En fin, estoy más animado que ayer. Tengo la carta del fisio de esta tarde y tres días por delante para recuperar. A poco que me deje el gemelo estaré en Maria Cristina de ida y de vuelta. Una maratón debe de ser lo más parecido a la vida... con sus cosas buenas y sus cosas malas, con buenas y malas sensaciones, con buenos y malos momentos... ¡Quizás para mi el muro empiece en el quilómetro 5!
¡Ánimo, que ya quedan menos de 4 días!