viernes, 23 de julio de 2010

Vive le Tour (1ª parte: El Tourmalet)






No he escrito esta entrada para hablar de la cierta polémica creada en la etapa de ayer con final en la cima del Tourmalet donde Contador no le disputa la vistoria a Schleck y no voy a negar la cara de tonto que se me quedó cuando vi que el maillot amarillo no se ponía de pie sobre su bici en la úlitma rampa del 10% a escasos 300 metros de la cima. En esta entrada quiero explicar y narrar la experiencia vivida esos días en la zona del Torumalet.
4. 35 de la madrugada del martes 20 de julio de 2010. Suena el despertador. Todo está preparado para cargar el coche y marchar dirección a Lourdes. A las 5.00 llega Juanmi y a las 5.30 ya hemos recogido a Isma en les Fonts. El coche cargado con las maletas, las bicis y la ilusión de vivir unos días fantásticos cerca del Torumalet. Tenemos dos noches de hotel en Lourdes, punto estratégico para las dos etapas del Tourmalet. Despúes de más de 400 kmts y de más de cinco horas de coche llegamos a Lourdes y como ya conozco la ciudad, damos rápido con el hotel. El hotel está justo al lado de la Grotte (el Santuario) y la primera imagen que nos llevamos nos impacta un poco: más de medio centenar de sillas de ruedas apiladas en la puerta del hotel y muchísima gente de la tercera edad. No era esta la imagen que me llevé de Lourdes cuando estuvimos en el verano del 2007.
Pero nosotros a lo nuestro. Dejamos el coche en el parquing del hotel y como la habitación no está disponible todavía nos cambiamos en el mismo parquing y rápidamente cogemos las bicis para ir a Argelès que es por donde pasa el Tour despúes de bajar el Tourmalet y antes de subir el Soulour y Aubisque. Argelès está cerca de Loudes y por el camino conectamos con un grupo de Australianos. Llegamos justo cuando pasa la caravana publicitaria.

Buscamos una buena recta en el pueblo y vemos pasar a los ciclistas. Primero el grupo de escapados con Armstrong en cola, después el pelotón con Contador, más tarde otro pelotón y por último el de los esprinters. Es un visto y no visto, pero al menos he reconocido a Contador... y se nos cae la baba viendo los coches de los equipos cargados de bicis. En cuanto abren la carretera nos ponemos rumbo al Tourmalet no sin antes dudar que hacemos. Que si al Tourmalet, que si a Hautacam, que si a Cauterets... y es que estamos en el epicentro de la alta montaña de los Pirineos. Mejor comemos un bocata y nos vamos para el Tourmalet. Que bien me sentó ese bocadillo a la francesa: pan seco, mantequilla, queso y jamón dulce. Una coca-cola y un té acabaron de poner el toque de cafeina necesario para levantar el ánimo ya que son más de las tres de la tarde.
Y sin darnos cuanta estamos pedaleando camino del Tourmalet. Conozco la carretera, va picando para arriba hasta llegar a Luz St Sauveur. Llegados a dicha población se gira a la izquierda y empieza la subida: 18,6 kmts al 7,5% de media.

Empezamos a subir acompañados de una finísima lluvia. Salimos de la población y poco a poco vamos viendo caravanas aparcadas a ambos lados de la carretara. En estos primeros quilómetros la vegetación nos acompaña y nuestra única misión es ir de quilómetro en quilómetro. No vale la pena mirar más allá. Cada quilómetro de la subida está acompañado de una señal donde pone el nombre del puerto, los quilómetros que quedan a meta y la pendiente media del siguiente quilómetro. Pasamos la población de Bareges donde empiezan las primeras rampas superiores al 8%. Hay un ambiente increible y la gente se amontona a las televisiones de los bares o las autocarabanas viendo el final de la etapa. Un poco más adelante nos encotramos que el desvio de la carretera antigua está cortada. Nos comentan que no se puede pasar ni siquiera en bici. El mundo se me viene encima. Hemos llegado hasta aquí para no poder subir al Tourmalet. Por suerte Juanmi nos hacer seguir hacia delante por el otro desvio el que lleva al parquing de la estación de esquí y 300 metros más adelante nos metemos en la carretera cortada. Tengo mis dudas, pero no hay ningún gendarme que nos impida el paso. Tan solo unas vallas. Si nos preguntan diremos que no sabiamos nada. Seguimos subiendo, vamos Juanmi y yo solos, Isma está un poco más atrás. Hace un esfuerzo extra para conectar y unos quilómetros más adelante se vuelve a descolgar. Vamos a enlazar con la carretera nueva que viene del parquing. Vuelve a estar repleto de gendarmes y todo esta lleno de caravanas y de gente. Aunque hace rato que se divisa la cima aún quedan 6 o 7 quilómetros, los más duros. Seguimos avanzando y le comento a Juanmi que voy muy bien. La verdad es que hasta este punto he hecho toda la subida guardandome la última corona, pero ya es momento de meter todo el hierro. Un enorme rebaño de ovejas corta la carretera. Ponemos pie a tierra. Me va de narices ya que estaba empezando a pasarlo mal y mi hermano Juanmi empezaba a poner un punto de más. Quedan unos 4 kmts y la carretera se va hacia la izquierda de la montaña y empieza una sucesión de curvas finales que nos llevará a meta. Aguanto como puedo a Juanmi, empiezo a tener la sensación que de un momento a otro me descolgaré. Al ponerme de pie tengo algún amago de rampas. Quedan dos quilómetros y al entrar en el último el cartel anuncia que las rampas son del 10%. Voy algo tocado pero ya estamos arriba. Juanmi me anima y le digo que solo pienso en mi hijo Xavier. Tengo una deuda pendiente con el Tourmalet, tenía que cumplir una promesa relacionada con mi hijo y estaba apunto de hacerlo. De repente empiezo a llorar, no puedo controlar. Último giro a la izquierda y un muro por encima del 10 por ciento. Esa misma rampa donde Contador dos días más tarde no quiso disputar la etapa a Schleck. Juanmi se queda detrás mío. Me deja vivir en solitario estos últimos metros. Me pongo de pie y sigo llorando. La emoción, la adrenalina me ha dado un punto de más, estoy a punto de llegar arriba. Me giro y espero a mi hermano que viene justo detrás de mí. Le doy la mano y entramos juntos. Dejo la bici y me voy al parquing que está al otro lado por la subida que viene de la Mongie. Estoy cinco o dies minutos solo. Me relajo, me deshago. La promesa está hecha... va por ti Xavier!!! Vuelvo con Juanmi e Isma y saboreamos nuestra hazaña. Sesión de fotos y más fotos. El sol luce. Esto es el paraiso... pero no podemos tardar mucho en bajar. Nos quedan 50 kmts hasta Loudes y son las 6 de la tarde. La bajada no tiene desperdicio. Los quilométros finales hasta Lourdes con viento de cara sobraban...

2 comentarios:

  1. Me has emocionado leyendo tu cronica!!!
    y por otro lado una enorme sensacion de envidia tb me invade!!!
    abrazos Rafa

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  2. Emoción...... y con muchas ganas de leeer la 2ª parte de la crónica......

    Bravo!!!

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